Debo admitir que dentro del bagaje de todo lo que viví, vivo y viviré, lo que siempre me impresiona es la gente.
Dentro el mar de personas en el que me estoy moviendo, me he llevado muchas sorpresas, tanto agradables como desagradables, pero de todo, me sorprende una persona. Alguien que no tiene un lugar...
Todos tenemos un lugar en el mundo, bueno o malo, pero ahí estamos parados, siempre en la búsqueda de nosotros mismos, que es lo más difícil de encontrar. Siempre pensé así, y creía que cada quien estaba claro que ocupaba un sitio, incluso si no sabía cuál era, pero aún así estaba consciente de su espacio. Pero como todo en la vida, encontré su excepción...
Este lugar es inherente a las características propias de cada uno, de quién es (cuestión complicada de responder), de cómo piensa, su manera de ver el mundo... Así pienso... Pero está ella...
Está como en un limbo. Tiene una edad "x", pero se comporta de una edad "y", así que no termina siendo ni uno ni lo otro... Es difícil de explicar, además de, ¿Quién soy yo para cuestionarla?
Es complicado, porque no hay una solución aparente, lo que hay es un conflicto constante. No imagino estar en sus zapatos.
En estos momentos, prefiero los míos, que por muy incómodos que se puedan poner eventualmente, sé dónde se supone que deben estar.
Sólo me queda decir que lo siento por esa gente que no saben dónde está parada, que no se siente cómoda con su lugar o con su propia piel, porque allí es dónde están atrapados; y aceptarlos es el primer paso para evolucionar.
Dentro el mar de personas en el que me estoy moviendo, me he llevado muchas sorpresas, tanto agradables como desagradables, pero de todo, me sorprende una persona. Alguien que no tiene un lugar...
Todos tenemos un lugar en el mundo, bueno o malo, pero ahí estamos parados, siempre en la búsqueda de nosotros mismos, que es lo más difícil de encontrar. Siempre pensé así, y creía que cada quien estaba claro que ocupaba un sitio, incluso si no sabía cuál era, pero aún así estaba consciente de su espacio. Pero como todo en la vida, encontré su excepción...
Este lugar es inherente a las características propias de cada uno, de quién es (cuestión complicada de responder), de cómo piensa, su manera de ver el mundo... Así pienso... Pero está ella...
Está como en un limbo. Tiene una edad "x", pero se comporta de una edad "y", así que no termina siendo ni uno ni lo otro... Es difícil de explicar, además de, ¿Quién soy yo para cuestionarla?
Es complicado, porque no hay una solución aparente, lo que hay es un conflicto constante. No imagino estar en sus zapatos.
En estos momentos, prefiero los míos, que por muy incómodos que se puedan poner eventualmente, sé dónde se supone que deben estar.
Sólo me queda decir que lo siento por esa gente que no saben dónde está parada, que no se siente cómoda con su lugar o con su propia piel, porque allí es dónde están atrapados; y aceptarlos es el primer paso para evolucionar.
