jueves, 26 de enero de 2012

Fragaria

Hola chicos, ¿Cómo están? Sé que no he escrito en un buen tiempo por acá, pero les tengo buenas noticias: ¡Me han publicado un ebook! No les digo más nada, aquí les dejó el link: http://www.emooby.com/es/books/view/147

jueves, 20 de enero de 2011

El país de los millonarios inservibles

En un país donde un litro de agua cuesta más que un litro de gasolina, cualquiera es millonario. Sí, lo sé, suena como una locura, pero quizás cuando termine de leer esto, concluya lo mismo.

Normalmente, en otras economías, las cantidades que terminan en "mil" o "millones" suelen indicar altos niveles -de prosperidad: una persona que posea un millón de algo (cualquiera que sea la moneda) es M-I-L-L-O-N-A-R-I-O. Aquí, muchos poseen un par de millones en sus cuentas bancarias, y de "millonarios" sólo tienen el nombre. ¡Ah claro! ¡Qué torpeza la mía! Se me olvidaba que hace un par de años "fortalecieron" la moneda, pero no la economía. Magia hecha en Venezuela. Lo siento, debo recapitular: ahora que los millones fuertes sí alcanzan, son los miles fuertes que no alcanzan. En fin... Cosas de venezolanos.

Entonces se preguntará usted amigo mío, ¿Cómo queda la cosa? Se lo explicaré brevemente. Una persona que quiera hacer mucho dinero no tiene porqué ser muy preparado (tener muchos estudios) ni tener una idea genial. ¿Cómo se hace entonces? Fácil. Una de las opciones más populares es que se vuelva un fiel adepto al partido de turno en el Gobierno o que al menos aparente serlo; o que encuentre el "negocio de la vida"; o tener algún conocido que le facilite la manera de conseguir la fuente de dinero, popularmente conocido como contacto o palanca.

En conclusión, si usted estimado lector es una persona que cree en la meritocracia y que cada quien debe formar un nombre por sus logros y habilidades propias, le recomiendo que estudie la manera de irse del país; que no se venga, en caso que sea de otro lugar; que juegue la lotería; o que se resigne a ser clase media el resto de su vida, consa que en sí misma encierra una proeza, porque ese es un grupo en peligro de extinción.

Espero que esta breve explicación le haya servido para entender cómo en Venezuela hay muchos millonarios, pero nadie "tiene real".

viernes, 7 de enero de 2011

¿Año nuevo, vida nueva?

Así dice una trillada gaita aquí en Venezuela. Todos los años la tocan, y la gente la corea a viva voz. El detalle es que el 1 de enero están igual de rascados como estuvieron en los días del año que acaba de terminar. No es raro que la gente comience el año con un montón de resoluciones que "este año SÍ cumplirán", y que "cambiarán sus vidas"... Y ya en marzo han olvidado todas sus resoluciones.

Para mí, este año será... Completamente impredecible. Generalmente sé en qué lugar estaré el 1° de enero y el 31 de diciembre de cada año (Siempre voy al mismo lugar), pero este año ni siquiera sé si estaré allí.

No digo que sí cumpliré con eso de "Año nuevo, vida nueva" esta vez, ni tampoco que uno sólo tiene permitido reinventarse a los inicios del año, sólo digo que este año cambiarán tantas cosas que me da miedo imaginar el resultado final.

Sólo espero salir completa de todo esto.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Asteroide B-612

(Los niños le escriben cartas a Santa Claus, al Niño Jesús o los Reyes Magos. Yo no)

Querido asteroide B-612:

Antes que nada, deseo que sigas dado vueltas por ahí, y que no te hayan destruido los baobabs. Sé lo peligrosos que son.

Luego quisiera preguntarte si un niño de cabellos dorados, rubio como el sol, de voz melodiosa y que jamás olvida una pregunta, habita allí. La última vez que que tuve noticias de él, dijo que volvería ahí. Si es así, supongo que se reencontró con su rosa, a la que amaba profundamente. Él siempre hablaba muy bien de ella. Confieso que llegué a sentir celos de esa rosa, de lo mucho que la amaba ese niño. Jamás he conocido un amor así.

También me gustaría que me contases del cordero. ¿Se come a los baobabs y los arbustos? Él tenía una gran urgencia que lo hiciese, pero siempre tuve la duda. He querido pensar que ha cumplido con su trabajo, pero a veces me asalta la duda.

Te cuento que un día vi a un zorro pasear por mi jardín. Parecía estar muy triste, porque arrastraba la cola y tenía la mirada un poco empañada. No me atrevo a aseverarlo, porque de repente salió corriendo. Pensándolo bien, era jueves. Ese día los cazadores salen a bailar con las chicas del pueblo y él puede comerse alguna galllina. Así lo han domesticado.

A veces, cuando miro al cielo, creo ver un borracho, un rey o farolero, pero son tan fugaces esas visiones que no sé si son producto de mi imaginación.

Si el cartero no se equivoca y esta carta llega a ti, te agradecería que le pidieses al Pequeño Príncipe que se diese una vuelta por la Tierra. Quisiera escuchar su risa en vivo. Gracias.

Atentamente,

Una niña que no sabe ser adulta

viernes, 17 de diciembre de 2010

20 años después

Esta es la carta que quisiera escribir en 20 años:

Querido:


(Ni siquiera sé cómo comenzar esta carta)


Hola, ¿Cómo estás? Espero que bien. Me han contado que la vida ha sido indulgente contigo y eso me alegra. Sé que la última vez que hablamos las cosas no terminaron bien. Luego, me marché de Venezuela y no quise saber más ti. Obviamente me llegaron algunas noticias tuyas, pero nunca quise indagar mucho. Me enteré que habías intentado saber de mí, pero nunca dejé que siguieses la pista. 


Debo confesarte que a veces sueño contigo. Desde este lado del mundo, las cosas se ven muy distintas. Las primaveras son hermosas, pero los inviernos devastadores. Siempre vuelves a mi memoria en los momentos más obvios: con la comida china, con el olor de los hospitales, en la letra "a", la torre Eiffel... Pero también hay cosas insospechadas que te traen de vuelta, como el olor de las lavandas, el sabor de la miel, las rosas rojas, los palíndromos... Y las fresas, sobre todo las fresas.


No me preguntes porqué te escribo esto, porque en realidad ni yo misma lo sé. Sólo espero que con quien estés, seas muy feliz. Quizás habrás escuchado que finalmente me dedico a lo único que me gusta: Escribir. Vivo de y para ello. Después de dar muchos tumbos, y luchar contra cualquier cantidad de obstáculos, incluyéndome a mí misma, pude encontrar la paz entre las letras. La biblioteca reina en medio de la sala, con un aire silente y superior, esperando todas las noches que hurte alguno de sus tesoros, porque por increíble que parezca, después de una larga jornada luchando con las palabras lo único que quiero hacer es leer... Admirar a los que siempre me han inspirado.


Quiero creer que esta carta tocará tus manos. Aquí entre nosotros, estas han sido las líneas más duras que he escrito en todos estos años. Me he peleado hasta con las comas, pero espero que estas escuálidas letras lleguen hasta tus pupilas. Cruzo mis dedos por que esta dirección esté bien.


Creo que es el momento de despedirme. Que hayas sido muy feliz y que lo sigas siendo.


Te ama, P

viernes, 26 de noviembre de 2010

Revista Hotel

La Revista Hotel ha sacado a la luz su segundo número. Aquí se los dejó para que lo revisen. Está muy bueno. Y no se les olvide leer mi microcuento. Está en la página 40-41.

Gracias, ;)