jueves, 20 de enero de 2011

El país de los millonarios inservibles

En un país donde un litro de agua cuesta más que un litro de gasolina, cualquiera es millonario. Sí, lo sé, suena como una locura, pero quizás cuando termine de leer esto, concluya lo mismo.

Normalmente, en otras economías, las cantidades que terminan en "mil" o "millones" suelen indicar altos niveles -de prosperidad: una persona que posea un millón de algo (cualquiera que sea la moneda) es M-I-L-L-O-N-A-R-I-O. Aquí, muchos poseen un par de millones en sus cuentas bancarias, y de "millonarios" sólo tienen el nombre. ¡Ah claro! ¡Qué torpeza la mía! Se me olvidaba que hace un par de años "fortalecieron" la moneda, pero no la economía. Magia hecha en Venezuela. Lo siento, debo recapitular: ahora que los millones fuertes sí alcanzan, son los miles fuertes que no alcanzan. En fin... Cosas de venezolanos.

Entonces se preguntará usted amigo mío, ¿Cómo queda la cosa? Se lo explicaré brevemente. Una persona que quiera hacer mucho dinero no tiene porqué ser muy preparado (tener muchos estudios) ni tener una idea genial. ¿Cómo se hace entonces? Fácil. Una de las opciones más populares es que se vuelva un fiel adepto al partido de turno en el Gobierno o que al menos aparente serlo; o que encuentre el "negocio de la vida"; o tener algún conocido que le facilite la manera de conseguir la fuente de dinero, popularmente conocido como contacto o palanca.

En conclusión, si usted estimado lector es una persona que cree en la meritocracia y que cada quien debe formar un nombre por sus logros y habilidades propias, le recomiendo que estudie la manera de irse del país; que no se venga, en caso que sea de otro lugar; que juegue la lotería; o que se resigne a ser clase media el resto de su vida, consa que en sí misma encierra una proeza, porque ese es un grupo en peligro de extinción.

Espero que esta breve explicación le haya servido para entender cómo en Venezuela hay muchos millonarios, pero nadie "tiene real".

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