viernes, 26 de noviembre de 2010

¿Dónde están las musas? (III)

Tardaron un par de días en aparecer, y tal como ella lo había previsto dieron señales de vida en sus sueños. Aparecieron como un murmullo en la brisa, en medio del campo de trigo donde ella se hallaba sentada admirando una puesta de sol. Jamás habría sospechado que aparecerían de una forma tan sencilla. Generalmente, ellas eran más pomposas y elaboradas a la hora de hablar con ella.

Nosotras somos la inspiración, pero tú eres el talento. No podemos hacer mayor cosa con él. Un artista se construye con mucho trabajo, y poca inspiración. Sólo sembramos la semilla, el resto lo haces tú.


Y sin decir más, el susurro de su voz se desvaneció en el rumor del viento. Sin darse cuenta, sonrió. Había conseguido la solución a su problema. Lo único que debía hacer era trabajar, y la inspiración vendría con el esfuerzo. Comprendió por fin el secreto que ellas habían guardado por años.

Al despertarse, se sintió renovada. Sintió que su cabeza se inundaba de ideas, y que su único trabajo era sacarlas de allí. Se dio cuenta que para entender al mundo lo único que necesitaba era escribir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario