jueves, 23 de septiembre de 2010

Los pequeños países

No sé si esta idea es originalmente mía, o si la escuché en algún lugar antes, pero la primera vez que recuerdo haberlo pensado fue en 1° año de la Universidad. "Wow, esto es como un pequeño país", fueron las palabras que cruzaron por mi cabeza. Me refería a la manera en cómo la Universidad estaba organizada. Había dirigentes, gente activa en la política, apáticos (entre los que me encuentro), autoridades, presupuestos, reglas, obreros... Todo lo que me parecía que tenía la organización de un país, a grandes rasgos, claro está.

A medida que fui avanzando en la carrera, me di cuenta que no era una idea tan descabellada, y comencé a extender esta idea del "pequeño país" a todos los lugares a donde iba, incluso a mi casa, donde sólo vivimos 2 personas (Seríamos algo así como Monserrat, de Reino Unido, que es el país menos poblado del mundo).

El tema lo saco a colación hoy porque me tocó vivir un pequeño episodio en el banco (Siempre he creído que Venezuela es uno de los pocos países en el mundo en el que la gente va tanto al banco). Me tocó ir a una agencia de cierta entidad financiera que vive llena de gente. Iba preparada hasta con un libro bajo el brazo, por si me tocaba pasar más de una hora ahí. Cuando llego, raramente el interior se veía vacío, y sólo había una fila de unas 5 ó 6 personas para entrar. Creí estar soñando, pero aún así me puse en la línea. Veo que al inicio de la línea está la gente un poco amotinada por el dispositivo de seguridad que utilizaba la agencia para entrar. Era una cabina que detectaba los metales. El detalle era que la cabina era un poco exquisita, obligando a la gente a dejar en la entrada, dentro de unos casilleros hasta las llaves de su casa. En un primer intento, probé pasar con todo lo que cargaba, menos el celular, las llaves del carro, y el reloj. Me rechazaron. En el segundo intento, dejé toda la cartera, sólo me quedé con el iPod, el libro, el monedero y un bolígrafo en las manos (A pesar que se veía vacío, insistí en pasar con el libro. Los bancos pueden ser engañosos). Segundo rechazo. Ya en un tercer intento, dejé el iPod en la cartera, y fue cuando por fin pude pasar. Adentro no duré ni 15 minutos, en serio (Quizás a alguien que no viva en Venezuela esto le podría sonar natural, pero a un buen venezolano esto le sonará a milagro o mentira). Hice mi depósito, salí sin ningún problema, y me vine a mi casa.

El punto es que en ese instante, en esa cola, vi un "pequeño país". Estaba quién mantenía el orden, quiénes se quejaban ruidosamente, quiénes hacían chistes al respecto, quienes acataban las instrucciones sin hacer mayor ruido, los que lograban entrar, los rechazados... Una pequeña muestra de la diversidad de personas que hay en los países, o al menos en éste.

Mi intención es hacer ver que ningún ser humano puede existir completamente solo. En todas partes tenemos la necesidad de relacionarnos con las personas que tenemos a nuestro alrededor, pero esto de crear los vínculos no puede ser al azar completamente. Necesitamos de ciertas fórmulas, por llamarlas de alguna manera, y que dentro de estas, que cada quien ocupe el lugar de un elemento. Todos somos necesarios, y cumplimos una función en el mundo, hasta en mi "pequeño país" de 2 personas, cada una tiene una obligacíón. Siempre y cuando cada quien haga lo que le corresponde, todas las "cosas en micro" funcionarán, y si éstas funcionan, el país grande funciona. No es tan díficil.

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