miércoles, 16 de junio de 2010

Sexo: Un arma de doble filo.

Quizás es la palabra más tabú en todas las lenguas. Y la más tentadora también. Cuando la pronuncio, siento como me queda la sensación de haber dicho algo que a todo el mundo le gusta pero que todos niegan. Seamos claros, todos hablan de "eso", hasta los que dicen que no, porque al decir: "Yo no hablo de eso", están mencionándolo de alguna manera y le echan leña al fuego al negarse a comentarlo.

Es algo que es parte de nuestras vidas, porque en realidad es el acto de creación en sí, sin él no existiríamos. Si nos ponemos filosóficos, podemos decir que es el momento en el que jugamos a ser dioses: Decidimos si creamos, nos divertimos o nos matamos...

Pero más allá de ver si traemos vástagos al mundo o no, está el hecho de entregarle al otro lo único que es realmente nuestro, el cuerpo. Es la única cosa que vino con nosotros y se va con nosotros.

Cuando una persona decide compartir su cuerpo, las razones pueden ser tantas como cuerpos hay. No comentaré sobre las razones "erradas" ni las "acertadas", porque eso es algo muy subjetivo; además, no soy nadie para opinar al respecto.

El punto en el que sí quiero insistor es que uno entrega más de lo que cree. Por mucho que uno piense que sólo estás obteniendo placer, y que sólo es algo mecánico y ya; en realidad involucra muchas otras cosas más. No con esto quiero negar la existencia del "sexo sin amor", porque en realidad sí existe, ¿O acaso no mucha gente ha tenido "una noche de copas, una noche loca", como dice la canción? Pero con amor o sin él, sigue siendo que te vean en la intimidad, en ese espacio que suele ser sólo tuyo, que conozcan tu piel, los lugares normalmente prohibidos para los ojos y las manos...

Así que esa frase de "es sólo sexo", en realidad no termina siendo tan cierta... En la cama se deja más de lo que uno cree, porque en algunos casos se puede dejar hasta la vida entre las sábanas.

Por tanto, hay que saber cómo tomárselo: con la suficiente seriedad para no morir en el intento, pero con cierta ligereza para poder disfrutarlo.El detalle es ese, la fina línea que divide una cosa de la otra... Esto es sólo mi opinión, no una regla. Al final del día, sobre sexo, todos tenemos una opinión muy propia, así sea decir que "no la tenemos".

P.S.: No pretendo dar consejos sobre la moralidad sexual de cada quien. Eso es algo personal y privado. La intención es intentar que las personas tomen conciencia de sus acciones.

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