miércoles, 30 de junio de 2010

Un poco de inspiración

Hay veces que nos tropezamos con una imagen que nos cautiva, y no sabemos el porqué. Hoy, paseando por un centro comercial, me encontré con esto en la exhibición de una tienda:

Hubo algo en ella que inmediatamente atrapó mi atención. Quizás fue la tranquilidad de los transeúntes (¿Alguna vez existió aquí en Venezuela una época en la que la gente caminara sin paranoia? No la recuerdo...); o el ciclista solitario que marca la diferencia; o lo monocromático... No puedo precisar la época o el lugar. ¿Nueva York? Tal vez pueda ser París... (Lo siento, siempre sueño con la Ciudad Luz). ¿Años '40? No lo sé, pero me pareció demasiado agradable de mirar.

Dibujé una medio sonrisa al verla. Simplemente fue un rayo de luz en medio de la cotidianeidad.

Y es que esa es la verdadera función del arte: Detener el mundo por unos segundos, minutos si es posible, para que nos paremos a admirar la belleza de algo.

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